viernes, 20 de noviembre de 2009

Poesía, solo eso...


Vesania

Sucede que después de escuchar
tu voz sentí que
el aire se moría
entre la tumba de tus piernas.

Soplo al viento
y creo una excusa
para volver a escuchar tú voz que se pierde
entre el crepúsculo amarillo
y tu iglesia morada
por cuerpos y niebla detrás de la niebla.

En mi mente
quise esculpir con rayuelas
tu nombre
pero tu vuelves a caer
en el paraíso incontable
de tu cuerpo.

Camino entre árboles
caigo y siento
el último invierno que se colaba en tu mirada.
Existo y tú dejas de existir.
Intentas coger mis manos
y decaigo en medio
de nada.
Observo las ruedas de la destrucción y el amor
e intentas decir que soy un soñador en el infierno.

Cruzo la calle principal
y ahí estas tú en medio de todo;
me ves, contienes tus ojos
e intentas correr
hacia el café Fuguet.
Prendo un cigarrillo
y pretendo ser consumido
por el olor insignificante
de tu cuerpo.
Pienso largarme y ser por un
instante feliz.

Pateo algunas piedras y
siento que alguien me mira desde un balcón.
Ignoro seres, cosas,
y soy por un instante feliz.

A veces me explico
¿Por qué los perros,
las flores,
los niños no asesinan a estos tipos?
y el aire responde
con miles de sobredosis de explicaciones.

Me hinco
sobre la noche
que se hizo agradable.
Me atrevo a asesinar al tiempo.
Cierro mis ojos
y me imagino
que aún estas sentada
en el café Fuguet,
sin embargo, aún no he podido
acomodarme al hecho de que
aun existas en el cielo
soledad
calles
amor
nada.

2 comentarios:

  1. Los libros van siendo el único lugar de la casa donde todavía se puede estar tranquilo...Un mundo donde te movías como un caballo de ajedrez que se moviera como una torre que se moviera como un alfil.
    (Julio Cortázar)

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  2. Tantas veces te mataron,
    tantas resucitarás
    cuántas noches pasarás
    desesperando.
    Y a la hora del naufragio
    y a la de la oscuridad
    alguien te rescatará,
    para ir cantando
    ....(8)

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